Chullachaqui (AmazonÃa ancestral nº 1) (Spanish Edition) by Miuler Vásquez González
autor:Miuler Vásquez González [González, Miuler Vásquez]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Trazos Editores
publicado: 2014-04-12T22:00:00+00:00
Kattle Scarlett Urbina López
Volver al Ãndice
El buen roba niños
Hace mucho tiempo Rosa habÃa llegado al caserÃo de Polish, un lugar lindo y seguro. Ella vio que los pobladores vivÃan muy felices, ayudándose en todas sus necesidades.
No habÃa peleas entre vecinos, ¡no se robaban! Muy por el contrario, cuando alguna pertenencia o animal se perdÃa, los pobladores ayudaban a encontrarlo. Si veÃan a alguien que era pobre, que no tenÃa nada que comer, los vecinos iban y pedÃan colaboración a cada poblador, con ropa, comida y muchas cosas más que les pudiera servir; asà ayudaban a quien más lo necesitaba. Cuidaban mucho a los niños, les enseñaban valores, y a no hacer cosas de las que después se pudieran arrepentir.
Un dÃa la señora Karla habÃa dejado a su menor hija de doce años, llamada Luci, encargándola que cuidara a Claudito, su bebé de dos años, pues ella tenÃa que ir al mercado a comprar las cosas para hacer la comida.
Mientras Luci cuidaba a Claudito cerca al rÃo, en una hamaca, recordó que se habÃa olvidado de dar de comer al gato. De regreso, al querer darle un juguete a Claudito, se dio con la sorpresa de que ya no estaba. Buscaba en todas partes, pero no lo encontraba; gritaba diciendo su nombre, pero no conseguÃa respuesta alguna.
Al llegar su mamá con las cosas y un regalo para el niño, al enterarse se desesperó y se fue a preguntar a todos los vecinos, pidiéndoles ayuda para encontrar a su menor hijo.
Entonces los vecinos decidieron buscar en todo el pueblo. Pero ni aun asà llegaban a encontrarlo. Era el primer niño que se extraviaba en el pueblo.
Al dÃa siguiente, en la vivienda de doña MarÃa, ocurrió una desgracia más: Lucas, el hijo menor de cinco años también desapareció mientras jugaba en el huerto de la casa. La señora MarÃa comenzó a gritar a los vecinos pidiendo ayuda.
En toda una semana se perdió un niño por dÃa. Muchos no sabÃan qué hacer. Cuidaban mucho a sus hijos, no los dejaban solos en ningún momento.
A la hora de acostarse los llevaban a sus camas a dormir con ellos, y les ponÃan cuatro campanitas en las manos y en los pies, para asà escucharlos y evitar que alguien se los llevara.
Los vecinos hacÃan vigilias para que no siguieran desapareciendo más niños. QuerÃan descubrir al ladrón que se los estaba robando.
Un dÃa, mientras don Armando estaba de vigilia, vio como un hombrecillo con un gran sombrero de paja que ocultaba su rostro, en el que destacaba una prominente nariz y orejas puntiagudas, se llevaba por el bosque a un niño. No pudo hacer nada, ya que aquel hombrecillo era muy veloz, y como era de noche no podÃa ver bien hacia donde se dirigÃa.
Don Arturo llamó a todos los vecinos y les contó lo que vio de aquel hombrecillo que se llevaba hacia el bosque al hijo de la señora Olga. Muchos pobladores se quedaron sorprendidos, aunque uno dijo que era el chullachaqui, pero que no entendÃa por qué se estaba llevando a los niños, y para qué.
descargar
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos. Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.